miércoles, 28 de mayo de 2014

La muñeca de porcelana

TODO EMPEZÓ CUANDO UNA PEQUEÑA NIÑA DE ALGUNOS 9 AÑOS CELEBRO SU CUMPLEAÑOS, Y COMO ES COSTUMBRE SE DISPUSO A ABRIR SUS REGALOS, RECIBIÓ MUCHOS PERO LOS QUE MAS LE GUSTARON FU UNA MUÑECA Y UN PERRITO QUE LE REGALARON SUS PADRES.
DESPUÉS DE VARIOS DÍAS LA PEQUEÑA EMPEZÓ A ESCUCHAR RUIDOS EN EL CUARTO DE AL LADO PERO POR EL MIEDO LA NIÑA NO SE ATREVÍA A MIRAR Y LA TRANQUILIZABA EL PEQUEÑO PERRO PUES COMENZABA A LAMERLA Y SE OLVIDABA DE TODO ,CADA DIA QUE PASABA LOS RUIDOS SE ESCUCHABAN MAS Y MAS HASTA QUE RETUMBABAN EN LOS OÍDOS DE LA PEQUEÑA Y LLEGO EL TIEMPO DE QUE ERA INSEPARABLE DE SU PERRO TANTO QUE LA MUÑECA LA DEJO ABANDONADA ENTRE SUS JUGUETES.EXTRAÑAMENTE UNA NOCHE LOS GOLPES SE OÍAN MAS CERCA COMO SI ESTUVIERAN CLAVANDO ALGO EN SU CUARTO SINTIÓ MUCHO MIEDO QUE BUSCO A SU PERRO PERO NO ESTABA A SU LADO, AL DIA SIGUIENTE AL DESPERTAR LA PRIMERA IMPRESIÓN QUE TUBO FUE SU PERRO, SI SU PERRO QUE YACIA CLAVADO EN LA PARED CON UNA EXPRESIÓN DE PROFUNDA TRISTEZA, SENTÍA LAS LAMIDAS PERO ¿QUIEN LA LAMÍA? GIRO LA CABEZA LENTAMENTE Y ERA SU MUÑECA QUE CON UNA EXPRESIÓN FRÍVOLA Y BURLONA REÍA.


La niña y las monedas de oro


Una noche mientras la niña dormía escuchó unos ruidos en el pasillo, abrió lentamente la puerta de su cuarto para mirar el pasillo que comunicaba los cuartos, enormemente largo y oscuro, lleno de cuadros y enlosado.
Al final del pasillo la niña vio lo que parecía un niño de su edad levantando una de las losetas y metiendo algo dentro de un hueco en el suelo.

Cuando el niño se fue salió y se dirigió hacia allí; entonces apareció una de las criadas con una vela enorme que también había visto lo que había pasado y quería sacar partido.
Todas las noches la niña,que por su tamaño cabía dentro, se metía en el hueco bajo la loseta e iba dando monedas a la criada, quien las iba guardando en un enorme saco.
Una noche en medio de su labor la vela comenzó a parpadear haciendo amagos de apagarse, la criada le dijo a la niña que saliera del hueco, que ya tenían dinero de sobra.
La criada intentó agarrarla pero no pudo, mientras le gritaba que por favor saliera de allí y dejara la moneda, pero en medio de ese griterío la vela terminó de apagarse.
En esa casa solo lo único que siempre han encontrado es una vela vieja y consumida puesta justo en el centro de una loseta...

lunes, 26 de mayo de 2014

El inexpresivo

En junio de 1972, una mujer apareció en el hospital Cedro Senai en
nada más que un vestido blanco cubierto de sangre. Esto no debería ser
demasiado sorprendente, la gente a menudo tiene accidentes cerca y
viene al hospital más cercano para la asistencia médica. Pero había
dos cosas que causaron a la gente el deseo de vomitar y escapar de
terror.

El primero, es que ella no era exactamente un humano. Era algo
parecido a un maniquí, pero tenía la destreza y la fluidez de un ser
humano normal. Su cara, era tan impecable como los maniquíes, sin
cejas ni maquillaje.

La segunda razón por la cual la gente vomitaba o escapaba de terror,
es que ella tenía un gatito apretado en medio sus dientes, sus
mandíbulas apretaban de una manera tan fuerte al pequeño gatito al
punto donde ningunos dientes podrían ser vistos, la sangre salía a
chorro hacia fuera sobre su vestido y en el piso. Ella entonces lo
sacó de su boca, lo abandonó y se desmayó.

A partir del momento ella fue tomada a un espacio de hospital y
limpiada antes de ser preparada para la sedación, ella se mostraba
completamente tranquila, inexpresiva e inmóvil.

Los doctores lo habían pensado mejor refrenarla hasta que las
autoridades pudieran llegar y ella no protestó. Ellos eran incapaces
de conseguir cualquier clase de respuesta de ella y la mayor parte de
empleados se sintieron demasiado incómodos para mirarla directamente
por más que unos segundos.

Pero cuando el personal intentó darle el calmante, ella se defendió
con la fuerza extrema. Dos miembros de personal que la dominaban con
su cuerpo se elevaron encima de la cama para sostenerla, su expresión
estaba en blanco. Ella giró sus ojos impasibles hacia el doctor
masculino e hizo algo insólito. Ella rió. En cuanto lo hizo la
enfermera gritaba y quedando en shock se desmayó, ya que en la boca de
la mujer no eran dientes humanos, solo unos puntos largos y agudos.

Era demasiado el tiempo que la mujer tenia los dientes así que al
incrustárselos en sus labios no sentía ningún dolor, el doctor la miró
fijamente durante un momento antes de la petición "¿Qué mierda es
usted? " Ella se libero de los doctores que aún la sostenían
espantados, todavía sonriendo.

Había una pausa larga, la seguridad había sido alertada y podría ser
oída bajando el vestíbulo. Como ella los oyó, se lanzó adelante,
hundiendo sus dientes en el cuello del Doctor, arrancando su yugular y
dejándole caerse al piso, muriéndose... sobre el piso, él se ahogó
sobre su propia sangre.

Ella se levantó, su mirada era peligrosa como la vida descolorida de
sus ojos. Ella se inclinó más cerca y susurró en el oído del Doctor
muerto. "Yo...Soy. Dios." Los ojos de los demás doctores llenos de
miedo la miraron... ella muy calmada alejándose para saludar a los
agentes de la seguridad. Cada vez que alguien mira sus dientes, se
convierte en su bocadillo.

La enfermera que sobrevivió el incidente la llamó "El Inexpresivo" y
nunca más se supo de ella.


miércoles, 7 de mayo de 2014

Amityville

Esta historia tiene como escenario una casa ubicada en el 112 de Ocean
Avenue, en Amityville, Nueva York. La madrugada del 15 de noviembre de
1974, el hijo mayor de la familia DeFeo, de tan sólo 17 años, asesinó
a sangre fría a sus padres y hermanos, con un rifle, dejando un total
de seis personas muertas.

Los investigadores no tenían ningún indicio que les permitiese
sospechar de alguien en concreto, hasta que uno de los detectives que
recorría las habitaciones de la casa en busca de alguna pista encontró
en la pieza del único superviviente dos cajas de cartón de balas para
un rifle.
Las investigaciones comenzaron a arrojar resultados asombrosos, como
un robo que el joven habría cometido contra su abuelo y sus extraños
cambios de humor. Después de largos interrogatorios, la policía
consiguió la confesión, y el joven fue condenado a 25 años de prisión.
Pero la verdadera historia de Amityville comienza días después, el 28
de diciembre de 1974, veintiocho días después de los asesinatos. Ese
día, otra familia, compuesta por el matrimonio de George y Kathy Lutz,
se mudó al lugar donde había ocurrido la masacre. La casa, espaciosa y
de muy bonita arquitectura, estaba a la venta a un precio
excepcionalmente barato, y los Lutz decidieron obviar los violentos
hechos ocurridos con antelación y compraron el inmueble, aunque
solamente pudieron ocuparlo 16 días debido a los extraños fenomenos
que se sucedían...

Desde el primer momento en que ocuparon la casa, el matrimonio y sus
hijas pequeñas sintieron una presencia sobrenatural, que se iba
haciendo más fuerte cada día. Al principio, se escuchaban ruidos
extraños a lo largo del día; luego, comenzaron a aparecer manchas en
las paredes y malos olores sin motivo aparente, y las puertas y
ventanas se abrían solas.
Kathy Lutz agregaría que en reiteradas ocasiones se sintió observada
en ciertas partes de la casa, principalmente en las habitaciones, y
que una vio unos ojos rojos que la miraban desde la oscuridad a través
de la ventana. De repente, comenzó a tener pesadillas repetitivas con
los crímenes sucedidos en la casa, pero soñando que las víctimas eran
los componentes de su familia.

La suppuesta entidad que habitaba la vivienda trató incluso de
apoderarse de los cuerpos de sus residentes, manipulándolos a su
propia voluntad y obligándolos a cometer actos de naturaleza violenta,
algo en lo cual los Lutz nunca han querido ahondar.

A los pocos días de habitar el lugar, el matrimonio se convenció de
que la casa estaba poseída por una presencia demoníaca y recurririó al
sacerdote de la iglesia más cercana, quien contaría después que al
tratar de bendecir la casa, escuchó una voz que lo echaba, una voz que
surgió de la nada desde la planta más alta de la casa y que gritó: ¡¡¡
LARGATE DE AQUÍ !!!. Según los relatos de la época, cuando el
sacerdota ingresó a la casa, el ambiente se llenó de un olor
putrefacto y una nube de moscar invadió el lugar. El religioso debió
luchar con una fuerza física que le impedía acercarse a la casa y
finalmente fue violentamente expulsado.

La visita del sacerdote marcó el punto en que los sucesos paranormales
se incrementaron, George empezó a sentir presencias extrañas también,
e incluso sentía miedo a abrir los grifos pues suponía que una
presencia maligna podía salir de ellos si abría la llave de paso. Las
alucinaciones se hacían más comunes y la desconfianza en la familia se
acrecentaba, George afirmaba que su mujer se estaba tranformando en
una bruja pués, según él, se le estaban cayendo los dientes y el pelo.
Tal punto que los Lutz debieron abandonar para siempre la casa, que
desde entonces se encuentra deshabitada y sobre la cual pesa el
estigma de la leyenda de Amityville.



El poltergeist de Enfield

En la ciudad inglesa de Enfield vivía en 1977 una familia de apellido
Harper integrada por una madre separada y sus cuatro hijos: Rosa, de
13 años; Janet, de 11; Pedro, de 10, y Jimmy; de 7. La madrugada del
30 de agosto, las camas de Pedro y de Janet, que dormían en la misma
habitación, comenzaron a moverse. Los niños comenzaron a gritar y la
madre acudió inmediatamente en su ayuda. Los niños le contaron a su
mamá que la cama de Jane había comenzado a moverse sola y la mamá
creyendo que se trataba de una pesadilla, los calmó y los acompaño
hasta que volvieron a dormirse.
La noche siguiente el suceso volvió a repetirse; Esta vez fue la Sra.
Harper quien cómo la cómoda de la habitación de sus hijos se movía,
desplazándose unos cincuenta centímetros. Intentó ponerla en su lugar
pero a los pocos segundos, la cómoda volvió a correrse como si tuviera
vida propia. La Sra. Harper acudió a sus vecinos, quienes constataron
que se escuchaban golpes misteriosos, y luego llamó a la policía. Pero
ésta no pudo hacer nada. A la mañana siguiente, casi a la misma hora,
los juguetes de los niños fueron arrojados por el aire como por una
mano invisible. Los vecinos llamaron a la prensa y los redactores del
diario Daily Mirror se pusieron en contacto con la Sociedad de
Investigación Psíquica, la que envió a uno de sus miembros, Mauricio
Grosse, un renombrado ingeniero consultor. Unos días más tarde, Guy
Playfair llegó a Enfield para ayudar a Grosse.

Los lanzamientos y las caídas de objetos prosiguieron en presencia de
ellos. A la casa llegó también una mujer médium y, durante un trance,
afirmó que el encantamiento se había centrado en la pequeña Janet y
que muchas, “entidades” enviaban su energía a las auras de Janet y de
su madre. La llegada de la médium al lugar pareció tener un efecto de
calma sobre la familia y durante unos días las manifestaciones cesaron
casi totalmente.

Durante la noche del 8 de septiembre, Grosse y tres reporteros que
vigilaban oyeron un ruido en el dormitorio de Janet. Al subir a la
habitación, vieron que una silla que estaba ubicada al lado de la cama
de Janet había sido lanzada por el aire unos dos metros. En ese
momento Janet estaba dormida y nadie había visto el movimiento de la
silla. ¡Sin embargo, volvió a ocurrir una hora más tarde… y esta vez
uno de los fotógrafos logró tomar una fotografía del evento.

A fines de octubre, la actividad paranormal había comenzado a tornarse
peligrosa para los habitantes de la casa. Los muebles cambiaban de
lugar, los cobertores de las camas eran arrancados, charcos de agua
aparecían y desaparecían como por arte de magia. Una rejilla de la
chimenea cayó sobre la almohada de Jimmy, muy cerca de su cabeza; Un
radiador de gas fue arrancado de un muro. Incluso sucedían incendios
espontáneos en distintos lugares de la vivienda y se extinguían solos
sin dejar manchas o quemaduras paranormales
Grosse y Playfair trataron de comunicarse con la “Entidad” por medio
de un sistema de ruidos, experimento a través del cual lograron saber
que la fuerza paranormal que allí existía había habitado la casa
durante 30 años. Más tarde, los niños vieron siluetas y sombras en la
casa. Frente a numerosos testigos, la “entidad” zarandeó un poco a las
dos niñitas y dejó un mensaje diciendo que rehusaba partir.

Pensando que el poltergeist podría ser obra de Rosa y de Janet, la
Sociedad de Investigación Psíquica envió esta vez un equipo de
investigadores al lugar de los hechos, pero no lograron encontrar
ningún indicio de fraude. De hecho, quedó claro que todo giraba en
tomo a Janet. Esta presentaba, cada vez más, señales de “posesión”,
tales como convulsiones, trances, etc. En diciembre, el poltergeist
agregó silbidos y ladridos a su panoplia y la entidad, por intermedio
de una voz desencarnada, dijo llamarse Joe Watson. A continuación,
cambió varias veces de voz y de identidad, insistiendo siempre sobre
el hecho de que hablaba por una persona muerta. El poltergeist empezó
a mostrar otros talentos y a atacar cada vez con mayor violencia a
Janet, tratando de estrangularla con las cortinas y persiguiéndola con
un cuchillo que flotaba por el aire. El lugar empezó a tener mal olor,
los dos peces rojos fueron encontrados muertos en su pecera y
aparecieron mensajes obscenos en los muros. Otro médium intervino,
entonces, para “cuidar las auras de toda la familia” y la calma volvió
por algunas semanas más.

Desde entonces, los sucesos sobrenaturales continuaron produciéndose
de forma menos violenta, con apariciones furtivas de distintos
personajes, entre los cuales hubo un doble de Mauricio Grosse. Janet
tuvo que quedarse unos días en el hospital y durante ese tiempo la
actividad del poltergeist desapareció por completo. En cuanto regresó,
sintiéndose mucho mejor de salud, el fenómeno llegó a su fin. Un
médium holandés llamado Gmcling-Mey1ing puso fin, en forma definitiva,
a las manifestaciones luego de realizar, según dijo, una intervención
en el “plano astral”. Finalmente en el mes de abril de 1979, todo
terminó.


Las historias paranormales más conocidas y terrorificas.

La pequeña María

- Señora Pauli, ¿usted cree en los fantasmas? - preguntó el joven a la
señora, quien venía a recoger el dinero de la renta del muchacho.
- ¿Fantasmas? - respondió la señora - Hay que tenerle más miedo a los vivos.
- Jaja, si ¿verdad? - dijo avergonzado el joven tratando de ocultar su
nerviosismo.

Su nombre era Raúl. Llevaba unos meses viviendo en la casa de la
Señora Paulí, se había mudado recientemente al pueblo para trabajar en
una clinica particular. Raúl era médico.

La casa de la señora Paulí era grande, demasiado grande para él, pues
no tenía familia. La casa era de tres pisos, seis habitaciones y en
cada nivel un baño completo. La cocina era enorme y además el jardin
delantero era un terreno muy amplio. De verdad una pérdida de espacio
para que solo una persona habitara allí. Pero siendo conocido de la
familia, y estando la casa sola, deteriorandose por el casi abandono
en el que se encontraba, la señora Paulí decidió rentarla a un precio
muy bajo a Raúl, así tendría un ingreso extra y además la casa dejaría
de estar sola. Para la señora Paulí era un doble beneficio.

Raúl no dudó en aceptar el trato, pues de esa manera le alcanzaba a
cubrir todos sus gastos y también podría ahorrar un poco. "para el
futuro" decía él.

La enorme casa estaba amueblada, todos los muebles estilo Luis XVI
estaban cubiertos por sabanas blancas cuando Raúl llegó. Con solo un
par de maletas y toda la intención de que este nuevo trabajo
funcionara. Los primeros días transcurrieron de manera normal. Raúl no
descubrió todos los muebles de la casa. Solamente los necesarios como
los sillones, las mesas ratoneras y el comedor.
Lo demás permanecía cubierto, comodas, trinchadores, y hasta un piano
vertical, pues no le parecía que fuese a ocuparlos. Para él era mejor
dejar todo cubierto y evitar que el polvo dañara tan elegante
mobiliario.

Pasadas un par de semanas las cosas tomaron un giro diferente. Por las
noches se escuchaba como si alguien recorriera los pasillos a pie
descalzo. Raúl se lo atribuía a su imaginación.

Después ya no eran solo pisadas, también se escuchaban murmullos y
golpes. Como cuando accidentalmente te golpeas contra un mueble al
caminar en la oscuridad.

Todas estas cosas comenzaron a poner a Raúl nervioso, tanto que optó
por dejar la luz del pasillo encendida. Él dormía en una de las
habitaciones del primer piso y rara vez subía a los otros dos pisos.
El eco de los ruidos extraños e inexplicables que provenían de los
pisos superiores, le acompañaba ya casi todas las noches.

Un día volvía de la clinica a eso de las siete de la tarde, cuando el
sol ya se ha ido pero la oscuridad aún no reina por completo en el
cielo. Raúl caminaba de regreso a casa cuando vio en la ventana de la
casa vecina a una niña que lo miraba. Lo seguía en cada paso sin
parpadear.

Raúl se incomodó un poco, a decir verdad, la niña se veía enferma,
pálida y con ojeras instaladas bajo sus ojos. Pero su mirada era
dulce. Entonces antes de entrar al jardin de la casa donde él vivía,
le sonrió a la criatura y ella le devolvió la sonrisa. Sintió de
inmediato una especie de compasión.
No era un tipo muy bueno con los niños, pero de vez en cuando le
tocaba atender pequeños en el consultorio. Cuando los niños le
sonreían se sentía bien consigo mismo, por el trabajo tan importante
que desempeñaba como médico.
Cuando la niña de la casa vecina le sonrió, sintió compasión y
ansiedad al mismo tiempo.

A los pocos días, Raúl salía de su casa cuando vio a la mujer que
vivía en la casa vecina saliendo también de su vivienda.

- Buenos días - saludó el doctor.
- Hola, ¡que tal! - respondió el saludo la mujer. Se veía de unos 30 años.
- Soy su vecino desde hace unas semanas.
- Si, noté que la señora Paulí rentó su casa.
- Soy doctor en la clinica local, me llamo Raúl
- Mucho gusto. Mi nombre es Daniela - dijo mientras le estrechaba la mano.
- Cualquier cosa que se le ofrezca, no dude en acudir a mi.
- Es usted muy amable - respondió la mujer mientras comenzaba a
caminar a modo de despedida.
- Noté que la niña estaba muy pálida. Quizá pueda ser anemia o falta
de vitaminas.
- ¿Disculpe? - preguntó extrañada.
- No se ofenda, algunas madres piensan que es por culpa de una mala
alimentación. Pero puede ser por muchas cosas. Sería bueno que la
revisaran.
- No se de que está hablando. ¿De que niña habla?
- La niña que vive en su casa, la ví hace unos días en su ventana.
Pensé que era su hija.
- No tengo hijos - respondió la mujer
- ¿Quizá es alguna sobrina?
- No - respondió tajante mientras se alejaba - No hay ninguna niña en mi casa.

Raúl se quedó estupefacto mientras observaba a su vecina alejarse
rapidamente. Estaba seguro de haber visto a una pequeña en la ventana,
estaba seguro de haberle sonreído y de haber recibido una sonrisa de
regreso.

A partir de ese día los ruidos en la casa comenzaron a hacerse más
evidentes. En las noches una voz susurrante llamaba a "maría" desde el
último piso. El joven médico pronto comenzó a dejar más luces
encendidas durante la noche, pues estaba seguro de que en la casa no
estaba solo.

Una noche despertó con el sonido de las teclas del piano sonando al
azar. No era una melodía definida, sino mas bien como si tocaran una
tecla, luego otra y luego otras dos, sin seguir un patron o una
armonía. Lo primero que pensó raúl fue que alguien se había metido en
la casa, así que salió de su habitación y se dirigió al salón de
musica, donde se encontraba el piano. Todas las sabanas de ese cuarto
habían sido quitadas y se encontraban en el suelo. El piano estaba
descubierto y el banco en posición para que alguien se sentara a
tocarlo.

Raúl muerto de miedo llamó a la policía y cuando los oficiales
llegaron, registraron cada centímetro de la casa. Obviamente no
encontraron a nadie.

- Quizá es la pequeña María - dijo un policía en tono de burla.
- ¿María? - preguntó Raúl con seriedad.
- Si, la niña que murió en esta casa hace 60 años.

Los oficiales no dijeron más, solo se rieron de la cara pálida de Raúl
al escuchar sobre la niña y se marcharon. Evidentemente esa noche el
joven no logró pegar el ojo.

Al asomar la primera luz de la mañana, Raúl saltó de su cama y se
dirigió a la hemeroteca para buscar algo al respecto de la propiedad.
Lo que encontró le erizó la piel. Un periodico de 1940 en el que se
informaba de la desaparición de la hija del entonces propietario del
inmueble. Días después fue hallada en el ropero de una de las
habitaciones del tercer piso. Jugando se había quedado encerrada.
Todos se encontraban afuera buscandola en las calles, en los parques y
en las afueras de la ciudad, nadie escuchó sus gritos desesperados por
salir, se quedó sin aire y murió.



jueves, 24 de abril de 2014

Estamos llegando a finales de abril, un mes considerado como “Mensis Horribilis debido a la gran cantidad de eventos ocurridos, como el supuesto atentado de Boston, el incendio de Texas, el terremoto en el suroeste de China, etc… Pero existe un objetivo oscuro a todo lo ocurrido, las fechas del mes de abril son importantes para los satanistas, luciferistas y el llamado “Illuminatis” (la elite mundial),  siendo sinónimo de desastres y desgracias, que muchos apuntan a que son parte de rituales en contra de la humanidad.
Para los satanistas, el fin de semana de Pascua se reserva para una Misa Negra, el llamado Sabbath Negro, que es para ridiculizar la muerte de Jesucristo en el cristianismo, un hombre que fue sacrificado el Viernes Santo. El domingo de Pascua, conocido por los satanistas como el domingo impío, una mujer o un hombre se sacrifica, seguido de tres días de ayuno y cánticos ritualizados. Durante ciertas fechas del mes de abril los sacrificios humanos requieren ciertos elementos para realizar los rituales como que sean eventos traumáticos, estresantes y acompañados de mucha angustia, el terror en estado puro. Por supuesto, de entre las personas sacrificadas deben de haber niños, debido a su alma pura. Y el último acto debe ser la destrucción por un incendio. Todos estos elementos principalmente deben estar en los rituales humanos, llamado culto de Baal. A continuación, las fechas relacionadas con los satanistas en este mes de abril:

Del 19 al 25 de abril
Preparación del Sacrificio: el secuestro, tenencia y ceremonia de preparación de la persona para el sacrificio humano.
25 de abril
Clímax: Rituales sexuales y el sacrificio de una mujer o una niña.
30 de abril
Noche de Walpurgis/Beltane: Una de las noches más importantes del calendario satánico. Se llevan a cabo rituales de sangre y sacrificios humanos.
Del 19 abril al 1 mayo
Es un período muy importante para los satanistas, los seguidores de Lucifer y los Iluminatis. El Sacrificio de sangre para el demonio Moloch es el comienzo del período más crítico de 13 días. El sacrificio de fuego que se realiza el 19 de abril, sobre todo con niños, mujeres o víctimas inocentes que son considerados como daños colaterales.